Ficus villosa es una de las especies más difíciles de encontrar. Las hojas varían en coloración desde un espectro de verdes hasta tonos de rojo. Las nuevas hojas son de color rojo a bronce y, a medida que maduran, cambian lentamente a un color verde oscuro. Además, las hojas y los tallos están completamente cubiertos de pelos muy finos. Ficus villosa funciona mejor cuando se le da un objeto para crecer, ya sea un fondo, madera flotante o un tubo de corteza de corcho. Esta especie también parece preferir no tener agua constante en sus hojas.
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